Por Antonio
Hidalgo
29
mayo 2015
Al hablar de variedad es en el amplio sentido de la palabra, sin destacar ninguna, ya que a cada uno le pueden gustar unas prácticas u otras, de una forma u otra.
En este post, como en todos, no
pretendo juzgar a nadie por lo que piense o haga; ni voy defender, condenar ni
emitir una opinión personal. Lo que sí, desde aquí, os digo que siempre
sexo seguro, sin riesgos, por tu salud y la salud de las otras personas.
Este tema daría para mucho, y sobre
todo ciertas prácticas, digamos que se salen de “lo común”, pudiendo llegar a
ser tema espinoso dependiendo de con quien lo hables, un close minded o
un open minded. Cerrado de mente o mente abierta.
Hay personas que son "anti esa
práctica" y se rasgan las vestiduras ante ello, y condenan a los que lo
practican; los que ni fu ni fa y respetan; y los pro, que a su vez, algunos lo
viven con total normalidad, y otros que por miedo o vergüenza, por “el que
pensarán” se esconden, siempre lo negaran. Que vaya por delante, que cada uno
diga o cuente de su intimidad lo que quiera.
Buscando definiciones de ética,
según algunas corrientes clásicas, son los actos que las personas
realizan de modo “consciente y libre”. Fernando Sabater, en su libro Ética
para Amador, la define como “el arte de vivir, el saber vivir, por
lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos
conviene (lo malo)”.
¿Son buenas, son malas? ¿Están bien,
están mal? ¿Qué es lo común y quien decide qué es lo común o normal? ¿Sabes
vivir, incluyendo tu sexualidad? ¿Sabes discernir sobre tu sexualidad? ¿Cómo te
sientes, tú, como persona, en lo más íntimo, después de esas prácticas
sexuales?
Cada uno tendremos nuestra opinión, tan respetable como las de los
demás. Desde un punto de vista de las personas, y siempre, siempre, desde la
libertad y respeto de cada uno. Sin imponer criterios, éticas ni moral.
No somos poseedores, ninguno de la ética absoluta; y si opinamos sobre el tema,
que sea una opinión asertiva. Somos muy dados a creer que lo que pensamos es
“la verdad”, y lo que piensas o crees es “tu verdad”.
Libertad y respeto. Creo que ésta
debe ser la premisa para todo lo que decidas hacer en tu vida y con tu cuerpo.
·
Respeto hacia uno mismo, nunca denigrarte como persona, por conseguir un propósito o un objetivo,
como puede ser tener relaciones sexuales. Quizás lo consigas, pero tu yo
interior puede quedar muy dañado. Si lo haces, que sea de forma libre y
consciente, porque realmente lo quieres, respetándote como persona. Hay gustos
para muchas cosas, algunas, desde mi opinión personal, no van conmigo. A
veces, el tipo de sexo que podamos practicar, o que creemos nos puede gustar,
puede ser reflejo de cómo está nuestra autoestima, del valor que nos damos a
nosotros mismos. ¿Lo has pensado alguna vez?
·
Respeto hacia los demás. No a todos gusta ni quieren, lo mismo. Igual que a ti
te gustará que te respeten como persona, al otro también. No imponer criterios
ni gustos, ni para sí, ni para no. Ni imponer tu moral o ética, ni emitir
juicios de valor en perjuicio del otro.
Contando con estas premisas, la
ética y variedad de prácticas sexuales, bienvenida sea.
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